domingo, 26 de febrero de 2017

La Casa de los Vientos 28-05-16


La Casa de los Vientos




      Las previsiones meteorológicas ya nos avisaban de que iba a ser una noche movidita. Se avecinaba tormenta, aunque manteníamos la esperanza de que se disolviera, cambiara de rumbo, o en última instancia, que no fuese para tanto. Finalmente si que fue para tanto. Esa noche protagonizamos una película de auténtico pánico, de esas que tanto nos gusta ver en casa bien resguardados y en pijama.

      Llegamos a la que hemos bautizado como “La Casa de los Vientos”, escondida en un espectacular paisaje catalán. Somos dos compañeros y yo, un poco asustada por el temporal que se acerca. Entramos en la casona, directamente al salón de la primera planta. En la entrada hay un buen boquete en el suelo, por lo que lo sorteamos por un lateral con precaución, aunque esté tapado por una puerta, no da confianza pasarlo por el medio. Acomodamos nuestras pertenencias en el salón, mientras ya nos ha parecido oír un gemido. Hacemos una primera grabación, sin mucha esperanza ya que aquí hay que tener un poco de paciencia. Una puerta golpea, primer susto. Seguramente la tormenta no tarde mucho en llegar, es muy probable que el viento haya comenzado a soplar y sea el responsable del portazo. Los truenos se escuchan ya a lo lejos. Escuchamos la grabación y algo sale. Una voz masculina de ninguno de mis compañeros avisa: “Ay Dios mío”. Parece que tenemos algo en las fotos tomadas, y tenemos la intuición de que no les gusta nada de nada el flash de mi cámara. Eso podría ayudar desencadenado algún hecho.

      Uno de nuestros compañeros se va a investigar un poco la casa él sólo. En cuestión de un momento oímos una voz masculina a lo lejos. Utilizo el walki para comunicarnos con el compañero que se ha desmarcado para certificar que ha sido él, pero no responde. Lo intento un par de veces más sin respuesta. Salimos mi compañero y yo al pasillo mientras sigo hablando por el walki. Por fin responde, esta bien. Ha sido él, y comenta que apenas oía mi llamada. Vuelve hasta nosotros un poco asustado. Es extraño, él suele hacer experiencias de aislamiento sin ningún problema, pero en esta casa no se siente muy seguro. Una ventana golpea. Sobresaltados nos acercamos, mientras empezamos a oír portazos por toda la casa. El vendaval ya está en marcha, y la falta de cristales propicia que las corrientes visiten cada una de las estancias de la casa. Somos conscientes de que esto no ayuda nada. Un susto tras otro propiciado por portazos incesantes a causa de un temporal, no puede determinar la actividad de un lugar abandonado.

      Volvemos al salón, donde no consigo calmarme por las incesantes corrientes. Hemos creído oír algo metálico, como si fueran unas llaves, o unas cadenas. Eso si ha sido extraño. El salón está rodeado por dos estancias. Una es la primera habitación que se ve al entrar a la casa, y el otro es un cuarto adyacente. En el curato adyacente, la ventana golpea. Se abre y se cierra tan sólo un par de veces. Creemos que si fuera corriente, esto ocurriría de manera continua, pero no ha sido así. También me llama mucho la atención, que la puerta comunicante del salón con el primer cuarto, solo golpea cuando yo estoy cerca. En cambio la puerta de cristal de entrada al salón, no para de abrirse constantemente. Hemos comprobado que la puerta de cristal no tranca bien, se abre con un mínimo soplido.

      Ahora tenemos la tormenta a pleno rendimiento justo sobre nosotros. Resulta tremendamente inquietante. Hacemos otra grabación a oscuras, cosa que nos ha puesto un poco nerviosos. Posteriormente, probamos con la spirit box. Satisfactoriamente, tenemos a alguien receptivo, que asombrosamente responde alto y claro. Parece que habla en catalán, así que contactamos con el mismo idioma. Aprovechamos una de las aperturas de la puerta de cristal para preguntarle si quiere las puertas abiertas o cerradas.
-       Deixo la porta tancada o oberta?
-       Tancada.
Alto y claro: "Tancada". Ha sido impresionante. También 
hemos preguntado si están asustados, y si quieren que 
nos marchemos. Nos ha dicho:
-       No os asustéis.
-       No os vayáis.
Un compañero entra en la habitación adyacente y cambia de 
sitio algunos colchones viejos que están en el suelo. La 
spirit sigue en marcha. No sabemos que se propone, y de 
repente escuchamos de nuevo la misma voz masculina:
-       ¿Qué haces?
Vaya, somos tres los que nos preguntamos lo mismo.
Bien, bien, aunque no hayamos podido descifrar 
algunas respuestas más, el contacto es muy satisfactorio.



      Llevamos aquí un par de horas, y el temporal persiste. A eso de la 1:00 de la madrugada nos movemos al piso de abajo. Un compañero propone bajar en fila india agarrándonos las mochilas a oscuras, pero yo no lo veo claro. Está muy oscuro y la escalera es pequeña, angosta y hay que agacharse un poco para no darnos con las vigas del techo. Le convencemos de que no es buena idea. El pasillo que lleva al salón principal de la planta baja, comunica con varias estancias. Las visitamos mientras vamos cerrando puertas para evitar corrientes. Nos gustaría que si hay un portazo fuese por actividad paranormal. Hay una puerta del pasillo por la que hay que pasar por fuerza para avanzar al salón, esa la dejamos abierta. Esta planta está mucho más tranquila, no hay corrientes y al estar reformada hay mucho menos ruido. El temporal está amainando. Seguimos escuchando portazos en planta de arriba, aunque poco a poco irán parando. Un compañero capta varias orbes alrededor de mis rodillas y tobillos. Probamos con la spirit box sin demasiado éxito. Esto parece estar mucho más tranquilo. Comprobamos la habitación adyacente al hall en el que nos encontramos, mientras descubrimos que un pequeño murciélago ha venido a visitarnos. Tras varias vueltas de reconocimiento, se marcha. Un compañero lleva una linterna en la cabeza. Bromea conmigo poniendo la luz roja.

      Hay una especie de buró en una esquina del hall, y nos acercamos con una tabla de ouija para empezar una sesión. Una puerta cercana, creemos que la del pasillo que es la única que estaba abierta, empieza a golpear. No le damos importancia, aunque los golpes se harán cada vez más constantes. La ventana del cuarto adyacente también empieza a golpear, aunque de manera menos constante. El temporal está pasando y ya apenas hay corrientes, pero puede ser el aire.

      El cursor de la ouija se mueve. Nos da a entender que no está cómodo con nuestra presencia. Nuestro compañero más calmado mantiene una conversación con la entidad. Le indica que no queremos molestar, ni por supuesto hacer daño. Sólo queremos respuestas. La puerta sigue golpeando incesantemente. Le pregunta si le ha molestado la luz roja de su linterna, y dice que sí. Le pide que se tranquilice, se disculpa y le pregunta si es él quien golpea la puerta y la ventana. Responde que sí, y también dice que sí cuando le pregunta si lo hace para asustarnos. Le repite que no hay motivo de alarma, no somos hostiles y le pide que pare. Desde ese momento, no volvemos a escuchar ningún golpe más. Ni la puerta, ni la ventana. Nada. A partir de aquí, las respuestas ya no parecen ser nada claras, por lo que cerramos sesión. Volvemos a probar con la spirit box, y nos responden un par de voces lejanas. Una es la misma voz masculina con la que llevamos toda la noche contactando, y la otra voz es femenina. Nos responden que sí que son pareja. Por segunda vez le pregunto si soy bienvenida, y me dice que no. Le digo que estoy encantada con el contacto y que me cae bien, si yo le caigo bien, y me dice por segunda vez en la noche que no. Tenemos la certeza de que no les gusta nada el flash de mi cámara, ya que en el piso de arriba creímos entender que no quería que hiciera más fotos. Uno de mis compañeros nos indica que está sumamente cansado, es posible que la ouija le haya tomado energía. Aún así, intentan una segunda sesión. Podría ser la misma entidad de antes. Hablan con ella, pero responde a todo que sí. No es fiable. Incluso afirma estar vacilándonos. Cierran sesión. Voy a intentar contactar, con mi compañero abrimos de nuevo. Yo soy algo más ruda con este experimento, en el que de hecho nunca me ha gustado nada participar. En otra ocasión me puse seria y aquello empezó a funcionar muy bien, quizás ocurra lo mismo. Dice que se llama “Baba”, y es prácticamente la única respuesta que le saco. Cerramos sesión.

      Nos sentamos un momento y deliberamos. A nuestro alrededor ahora mismo reina la más absoluta calma jamás contada. No se escucha ni el más mínimo ruido por ninguna parte de la casa. Resulta increíble después de la noche que acabamos de vivir, llena de golpes, portazos, algún que otro sonido inquietante y todo arropado por los truenos y relámpagos de una señora tormenta con mayúsculas. La paz, tranquilidad y silencio reinantes en este momento nos incitan a terminar la investigación. Son las 2:07 de la madrugada. Recogemos mientras comentamos las cosas más inquietantes de la noche, y salimos.

      Paramos un momento en el pasillo de salida del hall. La puerta del pasillo, la única puerta que hemos dejado abierta sin peligro alguno de corriente (comprobado), está volteada. No está cerrada del todo, pero esto nos confirma que era esta puerta la que golpeaba incesantemente mientras estábamos el hall. La misma puerta que dejó de golpear cuando nuestro compañero amablemente lo pidió. Curioso.



      Nos vamos ya. Ha sido una noche de película de terror incesante, y las conclusiones son las siguientes. Hemos contactado de manera clarísima, obteniendo algunas respuestas. Es evidente que el temporal ha provocado la gran mayoría de los movimientos de la casa, pero ha habido algunas cosas ilógicas que nos hacen pensar, que aprovechando el temporal hemos sufrido movimientos paranormales por parte de las entidades encontradas, las cuales se alimentaron de nuestro miedo y les sacaron buen partido. Esto denota una cierta inteligencia por parte de las entidades, además de las respuestas a nuestras inquietudes. Por la parte que me toca, para la próxima salida haré algunos cambios con mi cámara fotográfica, además del tema de las luces de colores, cosa con la que comentamos de experimentar en otra ocasión. Hasta otro día y gracias por su hospitalidad “Casa de los Vientos”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario