La
Inquisición en Navarra
Persecuciones
de brujas
La Inquisición española o Tribunal del Santo
Oficio de la Inquisición fue una
institución fundada en 1478 por los Reyes Católicos para mantener la ortodoxia
católica en sus reinos. Es decir, todo lo que pudiera amenazar a la forma de
vida según las leyes católicas de la Santa Iglesia, era perseguido, torturado y
eliminado, siempre bajo las ordenes y el control directo de la monarquía.
Vestimenta de inquisidores |
Sin embargo, esta institución no es una creación española,
sino que es la adopción de una institución persecutoria de la herejía albigense
en el sur de Francia a finales del siglo XII.
Sin
embargo, la propia Inquisición mantenía una actitud escéptica en lo relacionado
con los casos de brujería, ya que creían que eran meras supersticiones sin
fundamento.
Durante los siglos XVI y XVII
aproximadamente entre 1609 y 1614, las gentes de los pueblos navarros como las
de tantos otros llevaban una vida tranquila y sencilla siendo personas mucho
más temerosas de Dios que hoy en día. Esta sencillez y tremenda devoción,
provoca entre otros factores que cualquier cosa, circunstancia o incluso
desastre natural puede poner en peligro sus creencias y su forma de vida. También
eran unos tiempos duros y oscuros en los que la gente rogaba y rezaba a diario
ya que las instituciones les obligaban a seguir unos patrones de
comportamiento. Por este motivo, cualquier persona podía ser acusada de
practicar brujería, y era torturada y muy comúnmente quemada. Una persona podía
acusar a otra por simples motivos tales como que una vecina no fuera de su
agrado, o porque unas desfavorables condiciones climáticas han arruinado una
cosecha, o porque no se peina o no viste acorde con las costumbres de la época,
o se han dado casos de que acusaron a personas por ser demasiado viejas y
arrugadas.
Zugarramurdi, pasó a la historia por ser
la localidad más perseguida por la Inquisición. Casi sesenta localidades
navarras fueron visitadas por los funcionarios de la Inquisición, y unas 300
personas fueron acusadas de brujería. En
principio el pueblo arregló de manera civilizada el problema de las brujas. A
los acusados se les dio la oportunidad de ser absueltos, compareciendo en la
iglesia, pidiendo perdón por sus actos y prometiendo no volver a practicar brujería. Todo hubiera quedado
aparentemente en calma, de no ser porque alguien alertó a la Inquisición. El
Inquisidor “Alvarado”, se llevó a los acusados más sospechosos, 31 en total, a
Logroño donde fueron torturados y juzgados. Tubo lugar entonces, el famoso Auto
de Fe que concluyó en 1610. Por mediación de las torturas previas, descubrieron
un sin fin de acusaciones inventadas, vecinos envidiosos, cosechas perdidas y
demás, sin olvidar la posible existencia de ritos no desterrados por el
cristianismo y que aún se conservarían. Durante los dos años del proceso, 11
personas fueron condenadas a la hoguera (6 en vida y 5 ya fallecidas en la
cárcel). Zugarramurdi dependía de la jurisdicción criminal del Monasterio de
Urdazubi hasta 1667, por lo que cabe intuir que el pueblo fue blanco de un
poderoso ataque por parte de éstos.
Otra localidad con numerosas
persecuciones fue Auritz/Burguete de la mano de el licenciado Balanza, conocido
como “Torquemada navarro”, el cual condenó a la hoguera a cinco brujos.
En
1575, Mari Juana vecina de Anocíbar (valle de Odieta), fue condenada a la
hoguera, acusada por bruja por el párroco de la zona, quien aseguraba que en la
cueva Alli o de Belcebú, se reunía con otros brujos de los valles de Larraun y
Araitz.
Mesa del inquisidor Alonso de Salazar Frías |
Uno
de los personajes más populares de la brujería navarra fue el brujo Johanes.
Nació en Bargota y ejerció de clérigo en su iglesia, la Iglesia de Santa María.
Se dice que era brujo y que también en esta iglesia realizaba prácticas de
brujería.
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